Preguntas en estas fechas que se aproximan:
¿Trabajarán los que van contra las tradiciones en épocas navideñas?
¿Vestirán de rey mago a una o varias de nuestras concejalas?
¿Cómo será el esperpento de sus trajes?
¿Harán, como el año pasado, llorar a nuestros hijos, buscando a sus majestades entre tanto circo?
¿Prohibirán la exposición de belenes para no herir la susceptibilidad de los que reniegan de estas fiestas?
¿Cerrarán, por la misma causa, los grandes almacenes y superficies, para evitar gastos innecesarios a la ciudadanía?
Ya se preguntan y se preocupan algunos medios de comunicación por el consumo de la electricidad en estas fechas y nos informan sobre lo que debemos hacer para reducir el consumo de energía. Comprenderíamos esta preocupación si además se preocuparan por el despilfarro millonario que representan los últimos “puentes” (para algunos viaductos), realizados en España.
Es frecuente escuchar a personas que dicen odiar estas fechas
¿Cómo es posible odiar la conmemoración del singular nacimiento del amor?
¿Se puede odiar un cambio de paradigma donde el mundo entero comenzó a medir el tiempo?
¿Acaso no estamos en el año 2016 de aquel suceso?
¿Será verdad que los políticos de mando en la comunidad de Madrid, con la alcaldesa al frente, vayan a celebrar este año el solsticio de invierno en lugar de la Navidad?
Feliz Navidad a todas las personas que lejos de fanatismo, aman y conservan sus tradiciones. Nuestra cultura, nuestra democracia y en definitiva nuestro bienestar proviene de ese Evangelio que ha recorrido la historia hasta nuestros días. Feliz entrada y salida de año.